El escritor fantasma o el "negro del premier"



THE GHOST WRITER


Guión: Robert Harris, Roman Polanski
Director: Roman Polanski
Reparto: Ewan Mc Gergor, Pierce Brosnan, Olivia Williams, James Beklushi.
Año 2010


Valoración:9,2/10
FICHA IMDB:




Si una película de Polanski no es inquietante, no es una película de Polanski. Si después de cada "crescendo" (al estilo Kubrick) no se guarda una parada para que el espectador piense y medite sobre lo que ve, habrá perdido su genio. Las películas de este director siempre dejan un poso de duda: hay maldad soterrada y expresa en ocasiones, sobreentendidos, pocos personajes que resultan ser lo que parecen, y una absoluta carencia de héroes. Esa es su primera venganza contra Estados Unidos.
 Porque metido a director de películas ambientadas en el mundo de la política internacional,no podríamos esperar otra cosa que su habitual juguetonería y maneras perversas de recordar cómo es el mundo en que vivimos.
 La película tiene una magnífica obertura, con un transbordador llegando a puerto y un coche que no avanza hacia éste cuando llega, seguido de la imagen de un cadáver en la playa. A partir de ahí, cuando al escritor representado por Ewan Mc Gregor se le propone hacer de negro de las memorias de un ex-premier británico, ya sospechamos que ha caído en una tela de araña que le va a ir atrapando. El cadáver es el de su antecesor en el cargo, y al aceptar el contrato viaja a una lejana isla en la que está la residencia del ex-presidente. Rodeado de inmensas reglas de seguridad recibe un legajo, que recibe como hacía Joe Gillis (Willliam Holden) el horrible guión de Norma Desmond en Sunset Boulevard.
 No es ningún misterio cuanto recuerda el ex-premier representado por Pierce Brosnan es un trasunto de Tony Blair. Estúpido, engreído y absolutamente inútil, aunque muy manejable es como se nos presenta el personaje. Porque Polanski no pierde ocasión de recordarnos que Gran Bretaña no hace más que impedir la formación de una unión europea y funciona como un topo de EEUU en Europa. Y todas sus decisiones se toman lejos de Londres, a un atlántico de distancia. Nos va a recordad que el CPI no está ratificado por USA, que secuestra libremente en europa, y que hace su santa voluntad en el mundo. Y la razón de que todo aparezca es la inmersión en la investigación del "negro".
 Una vez uno termina de ver esta película, le ocurre lo mismo que con "El Pianista" o "Frenético": necesita revisarla para intentar agarrarse a una razón de que este mundo siga funcionando. Las verdades de Polanski, además de tomarse su personal venganza contra USA, son más ciertas que cualquier sinceridad.

IT'S SHOWTIME FOLKS!


ALL THAT JAZZ.


Guión: Bob Fosse, Robert Alan Aurthur
Director: Bob Fosse
Reparto: Roy Scheider, Jessica Lange, Leland Palmer, Ann Reinking, Cliff Gorman. ,
Año 1979


Valoración:
9,6/10

FICHA IMDB:
30 años desde que Bob Fosse filmó su testamento en formato cine. Un director de cine y coreógrafo, Joe Gideon, aficionado a las mujeres y las drogas, comienza a morir. En la película se enlazan momentos de su hospitalización con escenas de su vida: sus amores, sus vicios y,sobre todo desmenuza un montaje musical. Es casi seguro que Joe Gideon(Roy Scheider, nunca más inspirado), es el alter ego del director. Pero sobre todo es una excusa para que el autor cuente lo que ocurre detrás de la escena. Y lo hace en forma de película musical que habla sobre los musicales.
Reconozco que de joven nunca fui un fan del género: las coreografías me parecen impostadas y fuera de la narración, las canciones, cuando no declaradamente insoportables como en "El Mago de Oz", totalmente moñas y molestas. Nunca fui un fan de "Siete novias para siete hermanos". De hecho pensaba que el lugar del espectáculo musical era el escenario, el directo en el teatro y no el cine. Eso era así hasta que un día pasaron por TVE (entonces no había cadenas privadas y las película no se cortaban por largos pases de anuncios...) esta película.
Para quien no la haya visto se trata de un cuasi-documental, narrado en clave de repaso melancólico. La película está plagada de números y ensayos, pero tiene el formato repetitivo de una obra musical: el protagonista despierta cada día mirándose al espejo:"Comienza el espectáculo", luego pasan retales de su vida, su lucha con productores, bailarines y la gente de la farándula. Hay un crescendo a partir del momento en que piensa que va a morir; un silencio, cuando en una reunión se siente hastiado y termina rompiendo un lápiz, y todo camina hacia la apoteosis final, en que al ritmo de los Everly Brothers repite "I think I gonna die", mientras el escenario sube y pasan los personajes de su vida, de los que se despide. Este número ha sido calificado de hortera. Y probablemente eso es lo que persigue, o quizá no le importa. Acaba con el silencio de la máquina en el hospital, un pitido continuo que nos indica que el espectáculo de la vida de Joe Gideon ha acabado.
Cuando he visto la película de nuevo, ya con mucho cine a las espaldas, no ha disminuido mi admiración hacia la genialidad expresiva de Bob Fosse. Si en "Cabaret" el trasfondo del nazismo le valió de excusa para montar un musical, aquí es la música la que trabaja para la narración, elaborada como música de nuevo.
Fosse murió en 1987, dejando otro gran musical que luego sería película taquillera. Pero ya ocho años antes había firmado su testamento vital.
Uno se despierta cada mañana, se mira al espejo y siente ganas de animarse mirando su vida con distancia y humor. "It's showtime, folks".

LA BANCA SIEMPRE GANA

THE INTERNATIONAL.


Guión: Eric Singer
Director: Tom Twyker
Reparto: Clive Owen, Naomi Watts, Armin Mueller-Stahl, Ulrich Thomsen,
Año 2009


Valoración:
6,5/10

FICHA IMDB:






Clive Owen encarna a Salinger, un ex-policia de Scotland Yard que desarrolla su labor en la Interpol en Lion, con un poco claro pasado -suponemos que este destino es un castigo por algo que ha hecho en un pasado reciente. Andando la cinta sabemos que las raíces de sus problemas con los mandamases derivan de una actitud ética que anda entre don Quijote y el capitán Ahab. Pese a ser un simple agente sin trazas de superhombre -le golpean y pilla más hostias de las que da- está empeñado en una lucha contra el capitalismo internacional. Nada más empezar la película sabemos que sólo puede confiar en Una fiscal de Manhattan -Naomi Watts- que conoce su carácter, y en algún compañero, que pronto muere... un hombre solo frente al poder de los grandes bancos, la mafia y los gobiernos. En aras de la verosimilitud intuimos desde el principio que no puede ganar; pero pese a eso consigue lo que debe perseguir toda historia bien contada: la complicidad con el protagonista.
Tanta es esta identificación que estamos dispuestos a perdonarle sus poco convincentes escenas de desesperación en su puesto de la Interpol, y el tiroteo en el Guggenheim.
La película trata problemas muy delicados, es decir muy complejos: el mundo financiero, sus conexiones y sus miserias. Las relaciones de los estados con el tráfico de armas, los engaños, las guerras provocadas con el dinero de trasfondo.
Meterse en estos jardines y contarlos en una película tiene un peligro obvio: puedes abrumar con información al público, y terminar aburriendo. Lo normal es entonces contar un caso particular, y contar como se llega a descubrirlo (sería el caso de John Le Carré), o lanzarte a contarlo todo con el peligro de caer en la demagogia. Creo que en esta película se evitan ambos riesgos: es un buen thriller, una buena película de cine negro, que al tiempo lleva vocación didáctica y toca los asuntos internacionales - es decir, de los bancos y sus actividades- de una manera didáctica. Así, para quien esté el tanto de la actualidad y trabaje en medios de comunicación, le parecerá que en estos momentos cae en el trazo grueso, aunque sin concesiones al liberalismo. Cabe verla como una película entretenida -una de la mejores elaboraciones de cine negro de los últimos años- encuadrada en la escena internacional real, aunque sin hacer ninguna denuncia directa. No es cine de denuncia: los protagonistas son imaginarios, y queda la labor del espectador informado para poner nombre a los actores sugeridos. Y, sin embargo, uno sale asqueado de la política internacional y confirmado en su idea sobre los bancos, los paraísos fiscales, y la prensa. La conclusión es que: a)no te metas con la mafia, ni te metas en guerras que no se pueden ganar b) la banca gana al final, de una forma u otra.